Loading...
Un momento...

Empresas felices, finanzas más firmes: la evidencia en Perú

Bienestar

Por Sebastián Ausin, Country Manager de Buk Perú:

En el ámbito corporativo peruano, la relación entre bienestar interno y desempeño económico ya no es una suposición: los datos lo prueban. El Estudio de Felicidad Organizacional de Buk muestra que las empresas con mayor felicidad interna duplican la probabilidad de considerarse financieramente sólidas frente a las que no priorizan este aspecto. El 29% de esas compañías se perciben en el rango más alto de solidez, frente al 20% del resto. Además, a medida que sube el índice de felicidad, disminuye la probabilidad de ubicarse en los márgenes de utilidad más débiles.

En un mercado competitivo y presionado, este hallazgo es estratégico. El bienestar no es un “extra”, sino un factor que influye en la capacidad de superar crisis y sostener rentabilidad. La cultura organizacional y el capital emocional pesan tanto como las ventas o los costos operativos.

El estudio —con más de doce mil respuestas de trabajadores en Perú— muestra un patrón claro: allí donde se reconoce el esfuerzo, hay oportunidades de desarrollo, comunicación transparente y un clima positivo, también se percibe mayor solidez financiera. No es casualidad: un equipo motivado atiende mejor a clientes, retiene talento y reduce gastos de rotación o ausentismo, con impacto directo en productividad y márgenes.

Existen, sin embargo, alertas. La Generación Z registra una caída significativa de felicidad tras el primer año laboral. Sin acompañamiento —mentorías, trayectorias claras, integración progresiva— el entusiasmo inicial se convierte en desmotivación. En un mercado laboral móvil, esto se traduce en pérdida de potencial y más costos de reemplazo.

Integrar el bienestar como estrategia requiere consistencia. No bastan beneficios aislados ni campañas puntuales: es necesario medir el clima de forma regular y gestionarlo con el mismo rigor que los indicadores financieros. El liderazgo visible y coherente resulta clave.

La lección es clara: la felicidad no solo mejora el desempeño, también anticipa la estabilidad económica. Las empresas que lo entiendan podrán anticipar riesgos, asignar recursos de forma inteligente y proteger su sostenibilidad. Invertir en bienestar no es un gesto de buena voluntad, sino una decisión financiera con retorno tangible.

La pregunta para los líderes es evidente: si ya sabemos que el bienestar fortalece las finanzas, ¿por qué seguir tratándolo como secundario? Quienes lo integren estarán mejor preparados para la incertidumbre y para construir un futuro competitivo.