En el mundo laboral actual, dos términos suelen generar confusión: la tercerización y la intermediación laboral. Si bien a simple vista parecen similares, en realidad existen diferencias importantes que las empresas deben conocer para evitar confusiones legales y garantizar el bienestar de sus trabajadores.
¿Qué es la tercerización?
La tercerización, también conocida como outsourcing, consiste en la contratación de una empresa externa para realizar una actividad o servicio que, de otra manera, sería realizada por la propia empresa. Es decir, la empresa delega la responsabilidad de una función específica a un tercero, quien se encarga de su ejecución y asume los riesgos asociados a la misma.
¿Qué es la intermediación laboral?
La intermediación laboral, por otro lado, implica la contratación de trabajadores por parte de una empresa intermediaria para que presten servicios a una empresa usuaria. En este caso, la empresa intermediaria actúa como intermediario entre los trabajadores y la empresa usuaria, pero no asume la responsabilidad de la actividad o servicio prestado.
Diferencias clave:
La principal diferencia entre la tercerización y la intermediación laboral radica en la responsabilidad. En la tercerización, la empresa tercerizadora es responsable de la actividad o servicio prestado, mientras que en la intermediación laboral, la responsabilidad recae sobre la empresa usuaria.
Otras diferencias importantes incluyen:
Estadísticas relevantes:
La tercerización y la intermediación laboral son dos modalidades de contratación laboral con características y responsabilidades distintas. Es importante que las empresas comprendan estas diferencias para elegir la modalidad que mejor se adapte a sus necesidades y evitar incurrir en incumplimientos legales.